Apenas quince días después de vivir el sinsabor de quedarse fuera de la liguilla del Apertura del fútbol mexicano, las Chivas de Guadalajara se han conjurado para encarar con las máximas garantías su primera participación en el Mundial de Clubes.
El día señalado es este sábado, a las 9 de la mañana, hora venezolana, en el estadio Hazza Bin Zayed de la ciudad de Al Ain, con el Kashima Antlers, campeón asiático como rival.
El conjunto que dirige el paraguayo José Saturnino Cardozo ha tratado de aprender del «fracaso» liguero y prepararse a conciencia para esta cita universal y cuanto menos progresar a la semifinal, en la que se encontraría con el campeón de Europa y defensor del título mundial, el Real Madrid.
El Rebaño Sagrado, campeón de la Concacaf, no obstante de partida no mira más allá de este compromiso ante un equipo al que han estudiado bien y que el técnico califica de «ordenado» y al que «espiaron» en la final asiática ante el Persépolis con el viaje de Alberto Coyote.
Para Cardozo las Chivas jugarán su «final» ante un rival que hace dos años, cuando ejerció de anfitrión, fue la gran sorpresa e incluso no tuvo muy lejos el título. De hecho, forzó la prórroga del partido definitivo ante el Real Madrid, aunque finalmente acabó derrotado.
El técnico paraguayo advirtió que su equipo tendrá que ser agresivo en tres cuartos de cancha hacia arriba, ser inteligente y tratar de controlar el balón, aunque con velocidad y dinámica para desequilibrar el buen entramado defensivo del bloque que adiestra Go Oiwa.
Raúl Gudiño admitió que saben que serán «90 minutos a muerte» en el que se juegan todo y aseguró que están mentalizados de que en Emiratos Árabes tienen un «gran reto y responsabilidad de triunfar».
A continuación, a las 12 y 30, en el mismo estadio Hazza Bin Zayed se enfrentarán el campeón africano, el Esperance tunecino, y el anfitrión Al Ain, que superó la ronda inicial tras equilibrar un 0-3 adverso ante el Team Wellington neozelandés y luego superarlo en la tanda de penales.
El equipo «mediterráneo» intentará emular al último equipo africano que alcanzó las semifinales (luego también la final), el Raja Casablanca marroquí, que entonces ejerció de equipo local.
Desde entonces ningún equipo africano ha logrado superar este partido de cuartos, aunque ahora parte con el cartel de favorito ante el conjunto emiratí del Al Ain, que puede acusar también el desgaste físico del partido ante el Wellington, aunque el croata Zoran Mamic permitió a su gran figura, el sueco Markus Berg que no saliera al campo hasta que fue estrictamente necesario (a doce minutos del final) y no defraudó, al marcar el tanto del 3-3.
El otro gran protagonista del choque, el meta Khalid Eisa, al salvar dos penales, aseguró que nunca dudó de las opciones de su equipo para acceder a los cuartos y de que pueden demostrar la evolución del fútbol emiratí.
Eisa destacó que todos los jugadores del Al Ain respetan mucho al Esperance porque «han ganado su Champions contra el equipo de más éxito de África, el Al Ahly, y tienen excelentes jugadores».
«Nuestro viaje no acaba aquí. Nuestro objetivo no es solo alcanzar los cuartos de final. Queremos llegar tan lejos como sea posible y que nuestro país esté orgulloso de nosotros», dijo el meta del Al Ain.
El vencedor del partido será el rival en semifinales del River Plate argentino, ganador el pasado domingo en Madrid de la Copa Libertadores al vencer el partido de vuelta a Boca Juniors.
EFE
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