El británico Mark Cavendish reconoció su responsabilidad en la caída que le privó del «sprint» de la primera etapa del Tour de Francia y que mantiene su participación incierta en lo que queda de carrera.
«Ha sido culpa mía, traté de buscar un hueco que no existía», indicó el ciclista del Omega, que soñaba con vestirse por vez primera de amarillo en la etapa con final en Harrogate, donde durante años residió su madre y donde pasaba muchas vacaciones.
El ciclista de la Isla de Man pidió perdón al australiano Simon Gerrans, al que arrastró en su caída.
«Quería ganar, me sentí muy fuerte y en una buena posición para afrontar el sprint tras un trabajo increíble de mi equipo. Lo siento por todos los aficionados que vinieron a apoyarme», señaló el ciclista al término de una etapa a la que asistieron los duques de Cambridge y el príncipe Harry.
Cavendish tiene una dislocación clavicular en el hombro derecho, pero no tiene nada roto, según el comunicado médico oficial del Tour de Francia.
El ciclista se cayó a pocos metros de la meta, que cruzó con el brazo inmovilizado tras haber permanecido varios minutos en la calzada.
El Omega señaló que tomará una decisión sobre la continuidad del británico en función de su estado de salud de mañana por la mañana, justo antes de que comience la segunda etapa, entre York y Sheefield, con nueve puertos puntuables.
El «sprinter», que suma 25 triunfos en la ronda gala, no pudo disputar la primera llegada masiva, en la que se impuso con facilidad el alemán Marcel Kittel, que por segundo año consecutivo se convirtió en el primer líder del Tour.
EFE
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