Como viene siendo habitual en los duelos de este tipo, ambos conjuntos dejaron poco margen para que la propuesta del contrario se pusiese de manifiesto en los primeros pasajes. El dominio del balón se repartió y algunas ocasiones de gol se presentaron. Esto en un marco que hace tiempo no se veía: un estadio a media capacidad.
El cotejo se definió en dos jugadas, casi consecutivas. Gutiérrez estrelló la más clara del local en el travesaño y poco después, Cabezas dejó regado al meta aurinegro y consiguió el único tanto de la tarde. La anotación fue el despertar definitivo del Caracas ante un adversario que poco a poco se quedó sin argumentos.
La exhibición roja, sin ser digna de una salida en hombros del escenario andino, sí fue la de un equipo práctico, que entendió las circunstancias que le planteó el encuentro de allí en adelante. Cuando tuvo el balón, intentó administrarlo bien, generando peligro en la zaga tachirense en la mayoría de los avances. Cuando lo tuvo el contrario defendió con orden y sin desesperación.
Para el once fronterizo el segundo tiempo se planteó de otra manera. La tempranera expulsión de Chacón, que generó un penal que desperdició la visita, condicionó su accionar. Los cambios fueron para reacomodar el fondo, pero los contragolpes capitalinos no pudieron ser controlados con facilidad. La posesión de la pelota no se reflejó en ocasiones para descontar o empatar.
Caracas continúa en ritmo ascendente, con un chance claro en ambas competiciones, pese a su plantel corto y la alta cantidad de partidos que está enfrentando por estos días. La crisis en Táchira sigue, con pocas posibilidades de figurar en el torneo y la Copa, evidenciando que el proceso que generó el título del Apertura no tiene los bríos de otros tiempos.
Un triunfo como el que obtuvo en Pueblo Nuevo puede ser el potenciador anímico definitivo para un elenco cuestionado semanas atrás y que hoy en día retomó el carácter que en otras épocas le permitió celebrar en el ámbito local. Zamora, Anzoátegui y los demás pretendientes acaban de ganarse un rival de cuidado en la pugna de aquí hasta mayo.