Fabrice Ondoa, portero del Sevilla Atlético que aún no se ha estrenado en LaLiga 1/2/3 con el filial, se vistió de héroe y dio el pase a semifinales a Camerún al parar un penalti a la estrella del Liverpool Sadio Mané, que como el resto de Senegal no tuvo su noche.
Los “leones de Teranga” dominaron a su rival, llevaron la iniciativa en el juego, tuvieron la posesión y un puñado de buenas ocasiones, sobre todo en los últimos minutos, pero siempre se toparon con un Ondoa que fue un muro.
El partido comenzó, sin embargo, con una Camerún más asentada, firme en defensa y rápida en ataque, bien dirigida por el centrocampista del Lorient francés, Benjamin Moukandjo, un titán en la zona de tres cuartos.
Suyas fueron las dos mejores ocasiones de una primera parte muy física en la que ambos leones, “los de Teranga” senegaleses, y “los indomables” cameruneses se medían en el centro del campo en busca de saber quien era el rey de la sabana.
Pero los felinos estaban, en realidad, bajo palos: tanto Ondoa como Abdoulaye Diallo (Rizespor) dieron en la segunda mitad un recital de colocación y reflejos.
En el 53 el meta senagalés sacó una mano prodigiosa a remate de cabeza de Jacques Zoua (Kaiserslautern) y en el 65 fue Ondoa el que frenó a Keita Baldé (Lazio).
A partir de ese momento, el dominio comenzó a caer del lado de Senegal, bien llevada bajo la batuta de Mané, incisiva con un Keita espectacular en la banda y la pimienta en ataque que puso Moussa Sow saliendo del banquillo.
El delantero del Fenerbache tuvo dos claras ocasiones cuando el partido ya emprendía su ocaso, en particular un disparo desde el interior del área grande que se topó con un Ondoa fantástico toda la noche.
El cancerbero perteneciente al Sevilla Atlético volvió a frenar a Sow en el noventa y dos con una nueva intervención que llevó el duelo a la prórroga.
En el tiempo extra fue su colega, Diallo, quien evitó momentáneamente la victoria de los “leones indomables” con un paradón a un rematé a bocajarro de Jaques Zoua (Kaiserslautern), uno de los mejores jugadores del partido junto Moukandjo.
Con las dos porterías bien guardadas, se llegó a una dramática tanda de penaltis en la que Ondoa se vistió de héroe: adivinó el tiro de Mané y elevó una mano espectacular que concedió a Camerún una clasificación que quizá, si en el fútbol hubiera justicia, no mereció.
La responsabilidad del lanzamiento final recayó en Vicent Aboubakar, una de las nuevas estrellas de Camerún. El delantero del Beksitas no falló y Ondoa salió como una exhalación hacia el otro lado del campo para celebrarlo con los aficionados.
En el área, lloroso, quedó Mané, que trabajó sin descanso y sin suerte y que tuvo que ser casado en brazos del campo por su entrenador, Aliou Císsé. EFE