"Fue una falta grave y automáticamente ha sido dado de baja. No vamos a permitir que se dañe la imagen de Cancún por un tipo que tratamos de ayudar", dijo García a la radio local.
El directivo explicó que el peruano había aparecido con aliento alcohólico hace poco más de una semana y le dejaron pasar la indisciplina, pero ahora argumentó un secuestro.
Según García, el jugador tenía su teléfono móvil, su cadena de oro y todas las cosas de valor que le quitan a los secuestrados, no sufría heridas y cuando, obligado por el Atlante, fue a declarar a la policía junto con un primo, cayó en contradicciones.
"El primo dijo que era dos los secuestradores y Manco declaró que fueron cinco, fue algo inventado por este personaje", explicó.
Hoy se darán a conocer en Cancún, caribe mexicano, los resultados de los análisis de sangre practicados al peruano, que se fue a su país, según García, porque sabía que la verdad iba salir tarde o temprano.
El procurador del estado de Quintana Roo, Francisco Alor, declaró que los resultados arrojados en las primeras investigaciones apuntan a que el secuestro fue un invento del peruano y un familiar suyo.
"En las cámaras de seguridad del lugar donde supuestamente fue secuestrado no hay indicios de su presencia. Hay una actitud negativa de este deportista de pretender exculparse de alguna sanción. Es lamentable que difame al equipo, al lugar donde juega y al país que lo ha acogido", señaló.
Manco tiene antecedentes de indisciplina en su país, en el año 2008 organizó una fiesta antes de un partido con varios jugadores que fueron sancionados, una vez metió a una mujer en la concentración del equipo que se preparaba para el Sudamericano sub 20 de Venezuela y ha sido involucrado con modelos en Perú.
Según los medios, uno de los escándalos más sonados fue cuando se escapó de una concentración de la selección mayor en Panamá para irse a un casino.