La renovación de Fernando Amorebieta permanece en punto muerto cuando se acerca el comienzo de la temporada oficial. El central, uno de tantos en la plantilla cuyo contrato finaliza el próximo 30 de junio, dispone de una oferta de la directiva que no se ha modificado un ápice en los últimos meses y que se halla a una distancia considerable de la cifra que el defensa desea cobrar. La discrepancia es exactamente de medio millón de euros por temporada y el paso del tiempo sin novedad no ha hecho sino persuadir a Urrutia de que está en su papel, que no es otro que esperar a que el futbolista se decida a aceptar lo que Ibaigane propone. Así, con Amorebieta, el Athletic ha adoptado idéntica postura a la observada respecto a Llorente, cuya negociación sigue varada.
Urrutia ha querido resolver la continuidad de Llorente y Amorebieta con margen suficiente para no pillarse los dedos, pero las dos gestiones han tenido un desarrollo paralelo que ha desembocado en nada. Cada cual sabe la posición del otro desde bastante antes de que concluyese la campaña anterior, pero las semanas discurren monótonas, en lo que constituye una especie de pulso, una táctica de desgaste. Ante esto, Urrutia ha optado por traspasar la responsabilidad a los futbolistas, a los que les viene a decir: o lo tomas o lo dejas porque el club ha alcanzado su tope.
Con la pretemporada en marcha y el primer partido de competición, la ida de la ronda de ajuste de la Europa League, a tres semanas vista, no se ha producido movimiento alguno. Es posible que Amorebieta haya optado por permanecer a rebufo de Llorente, quien también reclama del Athletic medio millón más por año para estampar su firma, si bien los números en que se mueve la negociación del delantero son notablemente superiores. En su caso, la directiva se ha plantado en 4,5 millones, un incremento aproximado de un millón respecto a lo que ha percibido Llorente la pasada temporada.
EL RENDIMIENTO
El asunto de Amorebieta en cifras es como sigue: cobraba en torno a 1,5 millones, solicita 2,2 y la contraoferta del Athletic es de 1,7. A la vista de estos números se podría pensar que la directiva abre muy poco su mano, y quizá es lo mismo que piensa Amorebieta, quien estaría avalado por el rendimiento ofrecido a las órdenes de Bielsa. Es innegable que el central zurdo ha dado un salto cualitativo, máxime si se compara con lo que aportó en la última temporada con Caparrós, pero incluso si se equipara con lo que realizó en años previos.
Con el argentino, Amorebieta ha modificado su forma de estar en el campo, ha aparcado reacciones que le hacían aparecer como un marcador corto de recursos y necesitado de recurrir a la dureza para imponer su ley. Y ha encajado en un estilo de juego que se fundamenta en una correcta salida de la pelota desde la defensa. En definitiva, ha experimentado un gran crecimiento y se puede entender que lo quiera hacer valer a la hora de concretar los distintos aspectos de su nuevo contrato. Sin embargo, es evidente que es otro el criterio de la directiva, dispuesta a elevarle la ficha pero discretamente.
Hasta hoy, Urrutia no ha hecho valoración pública alguna del caso de Amorebieta, pero no tuvo inconveniente en dejar bien sentado cuál es su opinión en relación a Llorente. Fue en su última comparecencia, a finales de junio, cuando el presidente soltó el siguiente recado: “El club está haciendo un esfuerzo más que suficiente para que siga”. Pese a la nitidez del mensaje, no se han registrado novedades. Entonces Llorente se hallaba concentrado en la Eurocopa y en la actualidad se encuentra de vacaciones. Se supone que en el instante en que el ariete se incorpore a la dinámica del equipo se reactivará el tira y afloja, aunque de las palabras de Urrutia se deduce que el próximo turno le toca al jugador.
Amorebieta, que ha iniciado la preparación con unos problemas físicos, parece que tampoco se da por aludido. Cierto es que desde el club nadie le ha mentado, sin embargo sabe perfectamente que la directiva no tiene intención de regatear más con él, al menos no en los términos que pretende. No le incomoda dilatar la resolución de su contrato mientras se siente cobijado bajo la sombra que proyecta su compañero Llorente.
La proliferación de rumores que aventuraban un cambio de aires de Javi Martínez también le convenía, pues este tema estaría de alguna manera conectado a su situación, no en vano ambos comparten línea en el dibujo de Bielsa. Pero era una cábala condenada a morir. La operación no tenía viso alguno de prosperar ya que el Athletic no iba a transigir con una rebaja de su cláusula. Este razonamiento es ampliable a Llorente o a Amorebieta. Ninguno está en condiciones de presentarse en Ibaigane de la mano de un club con el taco de millones en que están tasados en el mercado. Siendo esto así, el Athletic aguarda a que den su brazo a torcer. Sólo queda por conocer si Urrutia está por la labor de permitir que la resolución de estas renovaciones se dilate indefinidamente. Tiene pinta de que no y la competición está a la vuelta de la esquina.
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