El balompié femenino nacional ha ido acumulando importantes logros en los últimos tiempos; pero 2016 representó, sin dudas, su año más exitoso. Así lo avalan hazañas internacionales en las distintas categorías de la Vinotinto, de los equipos del torneo local y de las jugadoras, quienes también alcanzaron inéditas distinciones individuales.
Marzo fue uno de los principales destellos del fútbol venezolano, cuando la selección sub-17 se consagró bicampeona sudamericana ante un repleto Estadio Metropolitano de Cabudare. El elenco dirigido por el panameño Kenneth Zseremeta ganó todos los partidos que disputó, superando los registros que dejó el título de 2013. Lara, además, se lució como sede y estableció marcas históricas de asistencia de público para la disciplina en campeonatos juveniles de Conmebol.
En dicho certamen, la maracayera Deyna Castellanos nuevamente se erigió como la goleadora, y la zuliana Daniuska Rodríguez anotó una joya de gol ante Colombia, que más adelante sería reconocida por FIFA como el mejor tanto convertido por una mujer esta temporada en el planeta. Su diana es ahora finalista para el premio Puskás, y en enero irá a Zúrich, para la gala de The Best, en la que se conocerá quién se queda con el galardón.
La delegación sub-20 también fue tendencia a mitad de año, cuando se quedaron con el segundo lugar en el Cotif l’Alcúdia, torneo en el que se midieron ante equipos adultos de la primera división de España. En esta edición, los números que dejó Venezuela demostraron un enorme avance con respecto a 2015, y solo una desafortunada tanda de penales impidió que el equipo de José Catoya pudiera subirse al primer peldaño del podio.
Poco después, los equipos de la Liga Nacional también marcaron la pauta fuera de las fronteras criollas, cuando Estudiantes de Guárico diera una campanada al quedarse con el subcampeonato de la Copa Libertadores de Futsal. El elenco académico no se conformaría con ello, y en diciembre consiguieron también el segundo puesto en la Copa Libertadores de fútbol campo. Con una base similar de jugadoras, el cuadro guariqueño escribía historia en dos disciplinas diferentes.
En ese evento, Oriana Altuve fue la máxima artillera, con cuatro goles; tercera vez que una venezolana quedaba en la cima de la tabla de las anotadoras. Y el condimento especial lo puso la legión criolla en equipos extranjeros, que contó con siete jugadoras. También destacó el cuarto lugar obtenido por Colón, de Uruguay, cuyo cuerpo técnico estuvo encabezado por los venezolanos Juan Carlos Hernández (entrenador) y Viviana Paletta (asistente).
El sueño: la Copa del Mundo
Por primera vez, la Vinotinto femenina disputó dos mundiales juveniles en el mismo año. El sub-17 en Jordania acaparó la atención del país, ya que el combinado tricolor encontró el camino, por segunda vez al hilo, hasta la semifinal. Aunque en la ruta a dicha instancia hubo selecciones de élite, Venezuela demostró que tiene capacidad para competir ante los mejores del globo. Deyna Castellanos sumó dos premios individuales a su palmarés: el Balón y la Bota de Bronce.
La sub-20 debutó en una Copa del Mundo de dicha categoría, y aunque no logró superar la fase de grupos, sumó una experiencia inédita para el país. Papúa Nueva Guinea dejó un aprendizaje inigualable para un grupo que, a partir de 2017, nutrirá a la selección mayor, que dirige Milagro Infante.
La barra quedó muy alta, pero Venezuela no se conforma y ahora buscará seguir mejorando las actuaciones que dejó en el que fue nada menos que el año dorado del fútbol femenino nacional.
Prensa Femenino FVF.-
