Venezuela llegó con muchas ilusiones a Emiratos Arabes Unidos 2013, luego de haber conquistado un inédito segundo puesto en el Sudamericano de la categoría. Pero sus primeros dos encuentros en la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA no tuvieron los resultados esperados y ahora la Vinotinto depende de una ayuda divina para clasificar a los octavos de final.
Una de las figuras del equipo, David Zalzman, un chico con pasado en las divisiones juveniles del Barcelona de España y de buen desempeño en lo que va de la competición, confiesa que la situación no es la esperada, muestra seguridad en las posibilidades venezolanas y hasta destaca el porqué de su confianza: “Rezamos siempre en el vestuario antes de salir a la cancha, conseguiremos el milagro”.
Este volante creativo nacido en Maracay, estado de Aragua, tiene claro lo que está en juego. “Estamos viviendo algo muy importante para nosotros, porque estamos representando a nuestro país por primera vez en un Mundial Sub.17. Lo estamos afrontando con mucha fortaleza. Sabemos lo que representamos y estamos aquí para hacerlo bien”, afirma.
Sobre el dificultoso camino en EAU 2013, Zalzman cuenta que “el primer partido ante Túnez lo estuvimos controlando casi desde el principio, y al final no pudimos concretar los goles; en el segundo tiempo se nos escapó”. El joven, que actualmente milita en el equipo de Primera División del Deportivo Anzoátegui de su país, dispuso de dos claras situaciones, que en forma desafortunada dieron en el palo: “Fueron jugadas que a lo mejor podrían haber cambiado la historia del partido, pero no entraron. Eso ya pasó, no hay que detenerse en el pasado porque no sirve de nada”.
Confianza en el futuro
David y sus compañeros no se resignan a irse de esta primera experiencia mundialista, sin dejar una huella importante. “Estamos muy concentrados porque sabemos que si ganamos el último partido frente a Rusia, tendremos la posibilidad de pasar a octavos de final como mejores terceros. Entonces esa es nuestra esperanza, estamos para ganar y pasar de ronda” dice con total seguridad.
Y en medio de sus sueños mundialistas, aparece el recuerdo de su paso por esa fábrica de jugadores que es La Masía del Barcelona, donde estuvo tres años, desde los 12 hasta los 15. Zalzman, admirador de Xavi, a quien copia en sus movimientos, sostiene que “fue una experiencia muy bonita, algo nuevo para mí. Lo aproveché al máximo, aprendí muchísimo allá y todo lo que pude haber aprendido siempre trato de compartirlo con mis compañeros”.
Pero en este momento, su cabeza está puesta en la selección Vinotinto y sus aspiraciones de quedar en la historia del fútbol venezolano: “Estamos muy seguros de poder llegar lejos. Nos falta poder concretar las situaciones que generamos, ahora en nuestro último partido. Porque estamos convencidos de que tenemos la capacidad para poder hacer cosas grandes”.
Para terminar, revela una parte importante del porqué de tanta confianza en el porvenir: “Siempre rezamos antes de salir a la cancha, y también escuchamos música en el vestuario. Le damos gracias a Dios por todo lo que nos ha dado, le pedimos que nos ayude en los partidos, porque siempre los juegos se los dedicamos a él. Con la ayuda de Dios lograremos el milagro y daremos que hablar”.
FIFA
Foto: FIFA
Lavinotinto.com
