Un 12 de octubre de 1977 nació Javier Eduardo Toyo Barcenas, guardameta venezolano. Este hijo de la ciudad de Caracas es pieza clave para el esquema que Charles López plantea en las filas del Real ESPPOR Club y parece que no va a cambiar pronto por las buenas actuaciones que ha venido mostrando. El meta merengue ha expresado su deseo de seguir jugando al fútbol y se ve a sí mismo saludable y con condiciones suficientes para seguir haciéndolo.
Es uno de esos porteros que le da resguardo a cualquier defensa por su gran habilidad de manos y juego de pies preciso. Pero no sólo por eso es valorado dentro de la institución blanca, también es querido por su calidez humana y entrega dentro del engramado de juego. En esta entrevista conoceremos a “La Muralla” Toyo más allá de las canchas y los camerinos.
¿Qué otra actividad te gustaría realizar cuando dejes el fútbol?
Entre mis planes, por los momentos, no tengo ser técnico ni ser preparador de arqueros. Pienso dedicarme a otro tipo de actividades. Actualmente, estoy haciendo unas inversiones para comenzar una empresa de producción agrícola y creo que a eso me dedicaré cuando me retire.
¿Qué es lo que más aprecias de la vida?
Compartir los momentos importantes, como estar con mis hijas. Creo que es lo mejor que me han pasado en la vida y, al estar con ellas, disfruto cada momento.
¿Qué talento desearías tener?
Me gustaría tener la inteligencia necesaria para cambiar muchas cosas que suceden el fútbol venezolano. Obviamente, hay muchas cosas que se le escapan a los jugadores de las manos y uno, en cierta forma, se siente impotente al ver tantas injusticias, al ver tantas cosas extrañas que suceden y que todavía no existe una persona como para cambiar ese tipo que, lamentablemente, se dejan pasar por debajo de la mesa y daña nuestro fútbol.
¿Cuál es tu posesión más preciada?
Como te dije, mis hijas son la posesión más preciada que tengo y son lo que más valoro.
¿Quién te habría gustado ser?
Yo estudié una carrera de mecánica industrial, porque siempre me gustó armar y desarmar cosas desde pequeño. Y me gustó muchísimo estudiar esa carrera, aprender bastante de ellos, también hice una pasantía en Manaplas (empresa dedicada a elaborar productos de plástico para el hogar), pero luego llegó un momento en el que tuve que decidir si continuar con mi carrera o ejercer el fútbol y, lógicamente, escogí el fútbol y estoy seguro de que no me equivoqué.
¿A qué persona viva admiras?
Bueno, a mí siempre me gustó mucho la manera en la que jugó Óscar Córdoba, un portero colombiano de mucha trayectoria y mucha experiencia que ahora está retirado, que siempre admiré muchísimo por su juego, por su forma de actuar y por eso me gustó mucho Óscar Córdoba.
¿Cuál es tu apodo?
Bueno, no me he puesto ningún apodo. Por ahí nació un apodo y algunos me dicen “La Muralla” y surgió de un partido que tuve en una Copa Libertadores y que me pusieron unos argentinos, pero no me siento identificado con ese apodo.
¿Cuándo eres realmente feliz?
Cuando estoy en casa con mis hijas. Disfruto muchísimo estando con ellas y cada jueguito que compartimos lo disfruto al máximo y es ahí cuando me siento realmente feliz.
¿Qué te hace llorar?
Bueno, frustraciones que siente uno en lo deportivo, por ponerte un ejemplo. Hay momentos en los que se está ganando un partido y en el último minuto, por un despiste, lo pierdes. Creo que esos momentos no sólo lo hacen llorar a uno, sino que te pone a pensar si todavía estás apto para jugar al fútbol. Incluso esos partidos que se escapan son los que me quitan el sueño.
Prensa Real Esppor Club
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