Río de Janeiro es, a exactos dos años de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos 2016, una ciudad en obras, algunas de las cuales ya comenzando a tomar forma y otras incipientes pero que las autoridades aceleraron en las últimas semanas para poder entregarlas a tiempo.
La cuenta regresiva de dos años para los primeros Olímpicos en Sudamérica fue conmemorado con diferentes actos, como la divulgación de una nueva imagen corporativa del evento y de un calendario de competiciones-prueba de preparación para los Juegos, pero especialmente con balances sobre el avance de las obras y el importante legado que quedará para esta ciudad brasileña.
Pese a la garantía tanto de las autoridades brasileñas como del Comité Olímpico Internacional (COI) de que los plazos serán cumplidos y no se repetirán los atrasos que afectaron la imagen del país antes del recién disputado Mundial de fútbol Brasil 2014, los balances ignoraron algunas de las principales preocupaciones.
Hasta ahora Río de Janeiro no ha dicho cómo alcanzará la promesa de tratar el 80 % de las aguas negras que es vertida en la bahía de Guanabara antes de 2016 en medio, esta semana, de una competición internacional de vela en que numerosos regatistas, entre los cuales medallistas olímpicos, se quejan de las numerosas basuras que encuentran en las aguas en que disputarán los Olímpicos.
Igualmente fueron ignoradas las críticas por el destino incierto de parte de las cerca de 19.000 familias desalojadas para obras necesarias para los Juegos Olímpicos y hasta le fue restada importancia a la decisión del COI en abril pasado de determinar una intervención en la organización, con el envío de especialistas, para garantizar que las obras no se atrasen.
La respuesta a las críticas por el tránsito caótico de Río de Janeiro, por su parte, fue su atribución a las propias obras que se adelantan en varias partes de la ciudad para dejar todo listo para los Olímpicos.
La alcaldía de Río de Janeiro alega que, cuando concluya las obras de movilidad actualmente en marcha, entre las cuales una nueva línea de metro, un tren eléctrico en el centro de la ciudad y tres vías exclusivas para autobuses, conseguirá que el 80 % de la población utilice el transporte público para sus desplazamientos, lo que, en su opinión, pondrá fin a los actuales y gigantescos atascos.
Según los balances divulgados por la alcaldía y el Comité Olímpico de Brasil (COB), el 55 % de las instalaciones deportivas necesarias para los Olímpicos ya está listo y otra gran parte está en obras.
“A dos años de los Juegos terminamos la fase exclusiva de planificación y estamos en la parte operacional, cuando las estructuras comienzan a ganar forma”, afirmó el presidente del COB y del Comité Organizador Río 2016, Carlos Arthur Nuzman.
Entre las estructuras ya concluidas destacan el estadio Maracaná, el gimnasio Maracanazinho, el centro de convenciones Riocentro, la Marina de Gloria y el Estadio Olímpico Joao Havelange (Engenhao).
En las áreas de la Villa Olímpica y del Parque Olímpico, con 1,18 millones de metros cuadrados, en donde se disputarán 16 modalidades olímpicas y en construcción en el barrio Barra de Tijuca, ya fueron concluidas las fundaciones y es posible ver los primeros pilares de todas las estructuras que serán erguidas.
El Complejo Deportivo de Deodoro, un polo en el que serán disputadas once modalidades olímpicas, entre ellas balonmano, rugby, pentatlón, tiro y hockey, era la instalación que más generaba temores pero sus obras fueron adjudicadas en mayo y están en marcha.
Según un balance de la Autoridad Pública Olímpica, 37 de las 52 instalaciones deportivas necesarias para los Olímpicos de Río, es decir el 71 %, ya está en marcha, contra un 46 % que lo estaba en enero pasado.
“Seguimos firmes en el compromiso de realizar unos Juegos fantásticos, dentro del plazo y con responsabilidad en la gestión del presupuesto”, afirmó el director general del Comité Río 2016, Sidney Levy.
En su última actualización esta semana, el presupuesto para los Olímpicos en Río fue elevado hasta 37.600 millones de reales (unos 17.090,9 millones de dólares), en un 57 % financiado por el sector privado, pero la propia municipalidad admite que el valor puede ser elevado dependiendo de obras aún por licitar.
EFE
Lavinotinto.com
