El exvinotinto Gabriel Miranda, ahora empresario, es un referente en la selección nacional, por su talento y juego elegante, que habló sobre su carrera y el próximo partido de la selección nacional.
El volante de origen uruguayo (Montevideo) llegó a Venezuela por la situación política que vivía su país a principio de la década de los setenta. Su ADN futbolístico no pudo ser decodificado por la tierra donde el beisbol es el deporte nacional, y llevó su pasión vistiendo la camiseta de dos grandes en Venezuela: Caracas y Táchira. Así se lo contó a dos periodistas de extensa trayectoria como Cristóbal Guerra y Humberto Acosta, por la señal de Deportes Unión Radio en una reciente entrevista.
Pero, Miranda no sólo pisó el balón y repartió juego dentro de las fronteras venezolanas, sino que dio el salto al extranjero cuando muy pocos jugadores se les pasaba por la cabeza estar en la órbita de algún club foráneo. Asimismo, lo reconoce el exfutbolista.
Miranda que se describe como un 10 tradicional, que pisaba el balón y se paraba a buscar al compañero mejor ubicado, reconoce que fue después de la Copa América de 1995 cuando le llovieron las ofertas.
Sin embargo, en el ámbito local y regional sus mejores años fueron con el Caracas. En 2001 se retiro, cuando contaba con 31 años y era ficha de los Rojos del Ávila. Con el equipo de la Cota 905 Miranda logró cuatro estrellas. Con el Táchira, también, se tituló en un torneo corto.
Internacionalmente, un gol contra Paraguay en la Copa América del 95 le hizo llegar, después, “tres ofertas al hotel”. Finalmente, a su regreso de suelo charrúa tomó la decisión de ir a México para unirse al Atlante.
También, estuvo en Ecuador con el Emelec -para ser campeón- y con Platense en Argentina.
Sobre su estilo y haciendo una comparación con la dinámica actual, no duda en colocarse en la media cancha, pero piensa que si tuviera que jugar hoy le costaría desempeñarse por lo que exige esa posición ahora. “Han cambiado los tiempos, yo era un jugador muy técnico, me gustaba asistir a mis compañeros y tenía una buena visión de juego”.
No teme reconocer que le faltaba “un poco de sacrificio y marca. Me lo pedían, pero no se me daba, porque yo era un 10 clásico”. Su filosofía de juego es muy directa: “en el fútbol lo primero que tienes que hacer es parar la pelota”. Y se pregunta a si mismo ¿con qué se juega? Para responderse: “con la pelota”.
Argumenta su concepto diciendo que “hay que pararla y levantar la cabeza y pasársela a un compañero: eso es lo importante”. El centrocampista retirado piensa que “nada se hace pegándole al balón a cualquier lado, si igual se la vas a dar al rival”. Entonces, repite pero en forma de consejo: “es preferible que la paren y levanten la cabeza”.
Contraste vinotinto
Miranda sabe que no es fácil estar cien por ciento de acuerdo con una convocatoria, viéndola desde afuera. Sin embargo, considera que si se sientan en una mesa técnicos, periodistas, exfutbolistas y personas ligadas al deporte entre un 70 u 80% de los jugadores serían aprobados por el concilio.
“A la selección llegan los mejores, todo jugador quiere estar, todo el mundo habla de La Vinotinto”. Ve con buenos ojos los recursos que ahora tiene el combinado nacional para prepararse ante un evento internacional: Copa América o Eliminatoria.
Haciendo un balance de su carrera siente satisfacción por haber jugado dos Copa América (95 y 97) y un Premundial (1998). Espera que sus hijos sigan sus pasos, pero no los presiona prefiere apoyarlos.
Vía telefónica el exvinotinto confesó que ve una eliminatoria muy pareja en la que cualquier le puede ganar a cualquiera. Su percepción para el encuentro del próximo 16 de octubre en Puerto La Cruz, es de un momento trascendental.
“El partido contra Ecuador es importantísimo, ahí nos jugamos la eliminatoria”. Miranda piensa que un resultado positivo dejaría a la Vinotinto bien posicionada en la pelea por el “cuarto o quinto puesto”, sobre todo ante los meridionales, que son un rival directo.
Es consciente de que esta segunda vuelta es una gran oportunidad para Venezuela si quiere hacerse con uno de los cupos para Brasil 2014. “El jugar cinco partidos como local es un aliciente, pero también una obligación”.
Para finalizar habló sobre las bajas de la selección y lamenta la ausencia de Tomás Rincón. “Él es el equilibrio del equipo dentro de la cancha”. Aunque resalta el trabajo realizado por los jugadores que lo han reemplazado. También, sabe que no contar con Oswaldo Vizcarrondo es una baja sensible, pero, igualmente, confía en el resto del grupo para hacer el trabajo.
Por Main Event Producciones
Foto: EFE/Archivo
LaVinotinto.com
