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Lluvia de siete estrellas

En la mañana del domingo, la ciudad fronteriza recibió una intensa lluvia. Esto no impidió que Pueblo Nuevo estuviese repleto desde temprano. La ilusión de miles de personas era el título, la esperada séptima estrella, ante un adversario de gran calibre. El sol hizo su aparición justo a tiempo para ser testigo privilegiado de la definición del fútbol venezolano.

El duelo tuvo características en común con el de ida, jugado en La Carolina hace una semana. El elenco aurinegro volvió a utilizar un esquema para romper lo que propusiese el llanero y de contragolpe minar su defensa. La visita se mantuvo fiel a sus principios y gallardamente intentó remontar la serie a partir del toque de balón y sus individualidades.

Como en Barinas, en San Cristóbal, Táchira se impuso en lo táctico. Jesús Meza fue minimizado en lo futbolístico y lo físico. En el fondo, Andrés Rouga y Wilker Ángel fueron constante garantía. Sergio Herrera reafirmó su excelente momento de forma con y sin el balón. Sin embargo, el gol, el elemento que el público andino esperaba para desatar la celebración, no apareció.

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En una segunda parte ajena -por ofensiva- a lo que había sido la final hasta entonces, el cuadro dueño de casa dispuso de varias ocasiones para confirmar el campeonato. Zamora también dio algún susto. Los minutos de cierre fueron los típicos de esta clase de instancia, con dos oncenas luchando con más corazón que ideas para alcanzar la meta. Los tachirenses, por fin, pudieron celebrar.

Y con el final del encuentro, el astro rey se alejó para dar paso a un breve arcoiris, que hermanó de nuevo a un equipo duramente criticado por un flojo Clausura con una masa de seguidores que recuperó la confianza en él. Una conocida frase dice que en San Cristóbal llueve en los partidos importantes. Éste lo era y la precipitación inundó el estadio mientras el campeón celebraba con su copa.

En la noche casi todos habían dejado de lado el duro semestre vivido, incluida una Copa Libertadores poco brillante. Los jugadores no fueron a festejar con el público en el sitio dispuesto para ese fin, prefirieron esperar al lunes para ello. Pese a la ventaja con la que encaró la vuelta, Táchira no quiso adelantarse a nada: este título fue uno de los más sufridos.

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