El estratega merideño concedió una entrevista el programa Triple Play y Camiseta 10, que se transmite a través de Deportes Unión Radio. Ahí, analizó al conjunto venezolano. “Está en un punto de dificultad. Porque en la medida que uno se va acercando al momento culminante de los partidos oficiales, uno tiene que tener una idea clara viendo los juegos. La idea no tiene que ser virtual”, dijo Páez.
El entrenador venezolano explicó la principal debilidad que tiene el equipo de Farías. “Lo más importante que uno tiene que conseguir, que es el equilibrio, no está. Está muy desfasado hacia el ataque, con ideas muy verticales, de llegadas directas con pelotazos largos, y eso es bueno para el fútbol europeo, pero para el latino, no sé. Lo veo bien en el paraguayo, que va bien en el área, pero para el futbolista venezolano, que ya se había encontrado con esa idea que habíamos plasmado desde el año 2001, no. El jugador venezolano se sintió enamorado de esa propuesta”.
Páez aún mantiene la irreverencia como fundamental. “Esa es la palabra que identifica al jugador venezolano de la actualidad. Esa es la identidad que dejamos como legado. El primero que debe comprender eso es César Farías. César Farías tiene que comprender lo que significa vinotinto. Él, cuando llegó a la selección, llegó con esa valentía, que nosotros le agradecimos porque eso era lo que se necesitaba en ese momento, esa actitud rebelde de querer superar lo que ya estaba hecho. Porque nosotros estamos muy limitados en organización estructural (…) Y hoy me preocupa eso. Tienen que conseguir ese equilibrio, con tranquilidad, con serenidad, no comparándose con nadie, no compitiendo con Richard Páez sino compitiendo por mejorar el fútbol venezolano”, agregó el ex futbolista.
El actual director técnico de Millonarios pide que no se pierda esa identidad que tanto le costó ganar. en su ciclo. “La Vinotinto nos enamoró a todos en esa etapa cuando comenzó a ganar y a jugar como querían los venezolanos. Yo considero que la identidad se mide con la actitud emocional que hay cuando va a jugar la Vinotinto ahora, que cuando jugábamos entre 2001 y 2007. Cuando hubo la masacre en la Baralt, nosotros jugamos un mes después en Caracas, contra Bolivia, y el estadio se llenó. Así es como se mide la identidad de un país que se enamoró de un concepto”.
