Un tanto de Fernando Amorebieta sirvió para que la Vinotinto lograra un histórico triunfo frente a la Argentina de Messi. Venezuela demostró que es un equipo a tener en cuenta y la Albiceleste que lo de Chile fue un espejismo.
Habrá quien busque excusas en el sofocante calor venezolano, pero lo cierto es que la Vinotinto se llevó el partido porque, básicamente, fue mejor que Argentina. Esto, que puede parecer una perogrullada, da que pensar cuando estamos hablando de una selección que cuenta con varias figuras mundiales. Fue, una vez más, David tumbando a Goliat.
Venezuela ya viene avisando desde hace tiempo que no es una selección a la que convenga subestimar. Si alguno pensó que Argentina iba a ganar con la gorra tras la goleada a Chile, se equivocó.
Es verdad que los de Sabella entraron mejor en el partido y que parecía que Messi tenía el día. Pero esa situación no duró más de un cuarto de hora y, mirándolo fríamente, no pasó de ser una sucesión de disparos desde la frontal ante los que Vega respondió con firmeza.
Los de Farías no es que saliesen a la expectativa, pero sí que se preocuparon de tenerlo todo atado atrás, antes de empezar a atacar. Rondón, de cabeza, y Arango, de falta justo antes del descanso, dieron los primeros avisos.
A por el partido
Las hostilidades de verdad empezaron en la segunda parte, de la mano del ex jugador del Mallorca. Arango pudo abrir brecha al poco de reanudarse el partido, pero Andújar hizo una excepcional parada.
Como si de una señal se tratara, a partir de ahí Venezuela no paró hasta que logró el gol. Vino, cómo no, gracias a una jugada de un Arango que fue el mejor del partido. Primero obligó a Andújar a despejar a córner un balón que iba a gol y luego, en ese mismo saque de esquina, fabricó el tanto.
Puso un balón perfecto y Amorebieta le ganó la partida a la defensa para rematar de cabeza. Un buen tanto que hacía justicia a lo que estaba sucediendo sobre el césped.
No se puede decir que el tanto dejase tocada a Argentina porque la Albiceleste ya llevaba un tiempo ausente del partido. Apretó ya al final, cuando se daba cuenta del batacazo que se iba a dar. Higuaín, a la desesperada, lo intentó pero ya era demasiado tarde.
Tomado de Marca.com
Foto: Carlo Dragone
