Lo logró ante un adversario al que pudo controlar desde temprano y que no tuvo argumentos sólidos para hacerle oposición estando abajo en el marcador. Por momentos, el elenco capitalino fue práctico y procuró romper la resistencia del contrario con buen trato del balón, en especial cuando Nelson Barahona tuvo contacto con él.
El equipo chileno generó algunas ocasiones de gol en los primeros pasajes del cotejo, sin embargo, el dueño de casa dio el primer aviso con el remate al palo de Giovanny Romero y de allí en adelante fue el más claro de los dos planteles que vieron acción en el maltratado césped del estadio Olímpico.
El penal recibido por Josef Martínez y transformado en gol por Edgar Jiménez significó un asomo a la precisión que necesita el elenco local, que en otras jornadas -tanto del torneo nacional como de la Libertadores- ha estado ausente. La ventaja le dio natural tranquilidad al once criollo, que llevó el desarrollo de las acciones a su parcela, a su elemento.
Éste fue el de un ritmo menos intenso que el de una competición sudamericana, pero superior al de cada domingo en la instancia doméstica, con capacidad para derruir cada construcción ofensiva visitante y avanzar con laterales más sueltos de la habitual, unirlos al eficiente trabajo de los mediocampistas y a los movimientos de los atacantes.
Barahona vio coronado su mejor partido desde que es parte de la escuadra roja al definir sin marca la segunda diana de la noche. El panameño está cada vez más cerca de su total adaptación al medio venezolano, a lo que Caracas requiere de un jugador inteligente y, ahora también, goleador. Con el dos a cero, el público, hostil en tiempo reciente, se entregó por completo a su equipo.
A pesar de las variantes ofensivas, Unión Española no hizo mayor daño. El actual campeón nacional no se despeinó y contó con dos ocasiones que por poco no subieron al tanteador. Hace un buen rato, en la Libertadores en el Olímpico no se veía a un equipo vinotinto darle cierre a un compromiso con dominio de la situación, sin ver comprometido el resultado.
Fue un paso adelante para el club rojo. No obstante, para trascender de ronda o, en su defecto, ir tras el torneo Clausura, aún tendrá que seguir ajustando cosas. Después de conseguir una victoria necesaria, Caracas tendrá que viajar a Chile para enfrentar a Universidad Católica, elenco en excelente forma y que será una prueba exigente para un equipo que, de nuevo, depende de sí mismo en la Copa.
