Venezuela registró un avance pocas veces visto en el ranking FIFA luego de su resaltante actuación en la Copa América, lo que ha confirmado que pasó de ser un instrumento de medición cuestionado a otro reflejo de la euforia nacional por su equipo.
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El listado, elaborado de forma mensual desde hace casi dos décadas por el máximo ente del fútbol mundial, fue poco tomado en consideración en el país en tiempos en que la Vinotinto sumaba escasos resultados positivos y el puesto ocupado estaba por debajo del 100.
Con el arribo de Richard Páez a la dirección técnica y la consecución de logros de relevancia a continuación, la clasificación pasó a ser parte de la charla futbolística. El gradual ascenso llevó al escuadrón patrio al lugar 48 en 2004, en plena efervescencia de la eliminatoria hacia Alemania 2006.
Durante su proceso en la selección, el médico usó como parte de su plan de trabajo el solicitar cotejos de preparación ante onces que estuviesen por encima del suyo en la lista. Esto llevó al público a no ver con buenos ojos algunos de los encuentros que se disputaron por aquellos días.
Otro factor que por años chocó con la visión popular fue el del método de cálculo del ranking. En 1999 y 2006, la estadística, que cuenta con el auspicio de una famosa transnacional, fue revisada en profundidad para su simplificación. Ahora toma en cuenta los duelos de los últimos cuatro años y es más sencillo de calcular.
Con la asunción de César Farías como técnico vinotinto, la alta cifra de compromisos disputados desde entonces ha colaborado para que Venezuela mantenga una ubicación cercana al top 50, con esporádicas visitas a ese escalafón, la más reciente en agosto del año pasado.
Los compromisos amistosos de finales de 2010 y principios del presente año, algunos de los cuales fueron derrotas, provocaron un ligero descenso en la clasificación y con él se renovó el cuestionamiento a su forma de cálculo y la importancia que se le da.
La Copa América llevó al conjunto patrio del lugar 69 al 40, el máximo histórico. Con un país aún emocionado por la inédita actuación en el sur del continente, las recientes críticas al listado fueron sustituidas por una exaltación sin precedentes, al punto de que la cifra fue adelantada días antes de que se oficializase.
A fin de cuentas, por más que una parte del ambiente futbolístico criollo ha visto con malos ojos al ranking –extendiendo esto a los que se elaboran para los clubes-, éste ha resultado ser medida y una forma de argumentar los momentos buenos y malos de la selección.
