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El Maracaná cuenta con nuevo césped para las olimpiadas 2016

La hierba sobre la que rodará el balón en el estadio de Maracaná durante los Juegos Olímpicos del próximo agosto lleva ya 14 meses sembrada en una granja situada a 90 kms. del estadio, donde seguirá bajo vigilancia cuatro meses más hasta que sea aprovechada durante los apenas cinco días de su corta vida olímpica.

Sampaio Correia es la localidad en la que espera, bajo la mirada atenta de dos agrónomos uno de ellos brasileño, el otro británico, el césped que se instalará en Maracaná después de la ceremonia inaugural de los Juegos. Sobre él se disputarán solo dos semifinales y las finales masculina y femenina de fútbol.

“Se ha plantado el equivalente a dos campos de fútbol, para tener margen de error. En junio se hará un primer traslado de la hierba a Maracaná para ver cómo se adapta al terreno. Si todo va bien, se desmontará y volverá a llevarse a Sampaio Correia, donde seguirá cuidándose en unas condiciones que reproducirán las de Río”, explica Rodrigo García, mánager de Deportes del comité organizador de los Juegos.

Tras la ceremonia de apertura del 5 de agosto, habrá que trabajar cuatro días en el desmontaje de las infraestructuras instaladas para la fiesta. Comenzará entonces la instalación del césped. Según los plazos calculados por FIFA y Río 2016, llevará otras seis jornadas colocar los tramos y rematar detalles como la pintura de las líneas. Eso conduce ya al 16 de agosto, día en que se disputará en Maracaná una semifinal femenina. El 17 se jugará una de las masculinas y los días 19 y 20 las respectivas finales.

Cuando se celebre el 21 en el mismo escenario la ceremonia de clausura de los Juegos, las contemplaciones con la hierba ya serán las mínimas: se cubrirá sin miramientos con las estructuras necesarias para la representación. El césped ya habrá cumplido el servicio para el que fue atendido con mimo durante 18 meses.

Rodrigo García asegura que, además de ese segundo césped sobre el que se harán variaciones si el primero no agarra como debe, hay también “un plan B” por si, por ejemplo, “lloviese durante veinte días seguidos y fuera imposible jugar en Maracaná”.

No hay plan B, en cambio, para las ceremonias. Se harán allí en cualquier circunstancia, aunque los preparativos son, como siempre, alto secreto.

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García asegura que ha oído “varias versiones” sobre dónde estará situado en Maracaná el pebetero de los Juegos. Incluso sobre “si estará o no en Maracaná, o solo en Maracaná”.

También dice conocer distintas historias sobre la ubicación de los atletas cuando termine el desfile de los países participantes. Sobre el césped, en la grada… todo es posible, dice. Lo que es seguro es que el sitio es más pequeño que en los estadios olímpicos al uso, en los que la pista de atletismo daba a los escenógrafos de las ceremonias mucho espacio para ubicar a los deportistas. No es el caso de Maracaná, donde se suprimió la pista.

Maracaná dispone actualmente de 80.000 localidades, que serán 74.000 en los partidos olímpicos de fútbol y 52.000 en las ceremonias, por las necesidades para autoridades, participantes y prensa.

También se conoce ya que los deportistas esperarán su turno para el desfile en el contiguo estadio Maracanazinho (11.000 localidades), que a su vez deberá ser acondicionado esa madrugada a marchas forzadas porque al día siguiente ya se disputarán en él los primeros partidos de voleibol.

Otra historia que cuenta Rodrigo García sobre la preparación de Maracaná para los Juegos se refiere a las negociaciones que ha habido que emprender “uno a uno” con los 5.000 propietarios de asientos en el estadio.

Antiguamente se adquirían localidades en propiedad de por vida; luego se pasó a la figura del adjudicatario a largo plazo. Pero el caso es que 5.000 localidades tienen nombre y esos nombres han forzado la cuerda hasta conseguir beneficios diversos -casi siempre, entradas- de los organizadores de los Juegos a cambio de cederles su sitio.

Incluso se han constituido en asociaciones para tener mayor fuerza en la negociación, destacó García.

Estas aventuras de la próxima y breve vida olímpica de Maracaná tienen asegurado un final feliz: todo está vendido para las ceremonias de inauguración y clausura y para los cuatro partidos de fútbol. La afición brasileña, dolida tras la Copa del Mundo de 2010, confía en que estos Juegos den a Brasil el único título que le falta y nadie quiere perdérselo.

EFE

Foto: Yahoo.com

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