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El fútbol africano buscará nuevos logros en Rusia 2018

La fecha del 2 de junio de 1978 está anclada en la memoria colectiva del pueblo tunecino y escrita con letras de oro en los anales del fútbol africano y los libros de historia del balompié.

Aquella fría tarde austral, la modesta selección de Túnez, que debutaba en una fase final del Mundial, sorprendía a México en el estadio Gigante de Arroyito, en Rosario, y le concedía al continente africano la primera victoria en la historia de los Mundiales.

Fue un partido tenso, pero maravilloso, recuerdan algunos de sus protagonistas.

Los aztecas se adelantaron en el marcador con un tanto anotado de penal en el minuto 45 por su defensa y capitán Arturo Vázquez Ayala, pero apenas diez minutos vieron como el también defensa Ali Kaabi enjugaba la desventaja.

Superado el minuto 80, dos zarpazos de las “Águilas de Cartago”, obra del mediocampista Nejib Ghommidh y su compañero Mokhtar Dhouieb, dejaron el marcador con un inesperado 3-1 para los africanos y un lugar privilegiado en el recuerdo.

40 años después, los cinco países clasificados del grupo africano afrontan la fase final con objetivos distintos y un rubicón por cruzar: superar la mejor clasificación, los recordados cuartos de final que jugó Senegal frente a Turquía en el Mundial de Corea Japón 2002.

Hicimos historia hace cuatro décadas, y nuestro objetivo ahora es seguir haciéndola“, declara a Nabil Maaloul, seleccionador nacional de Túnez.

Un optimismo que mantiene pese a las lesiones, que impedirán que las dos mejores “Águilas de Cartago” puedan volar sobre los campos de Rusia: los delanteros Youssef Msakni (Al Duhail) y Taha Yassine Khenissi (Esperance Tunis).

Y la dureza del grupo en el que ha quedado encuadrado, con dos selecciones europeas potentes, como son Bélgica, una de las favoritas, e Inglaterra, con la que abre el torneo, y la duda de la debutante Panamá.

“Espero que 40 años después el equipo tunecino pueda clasificarse por primera vez para la segunda fase. Ya es hora, y tenemos las cualidades necesarias, jugadores capaces para hacerlo. Nuestro objetivo es pasar la primera ronda”, insiste.

Para Marruecos, que regresa a la fase final veinte años después, el objetivo es, cuando menos, igualar su mejor resultado, alcanzado en México 1986 cuando sorprendió al mundo al clasificarse primera en un grupo en el que estaban Inglaterra, Polonia y Portugal.

Los “Leones del Atlas” empataron con los dos primeros y vencieron 3-1 a Portugal para avanzar a la segunda ronda, donde perdieron frente a la Alemania que después Maradona derrotaría en la final del estadio Azteca.

Con un equipo que mezcla juventud y veteranía, en el que destaca la solvencia de su capitán, Mehdi Benatia, prestado por el Bayern Munich a la Juventus, y con la solidaridad y el rigor táctico que le ha inducido su técnico, Hervé Renard, Marruecos confía en la primera jornada.

Los magrebíes esperan vencer a Irán, un equipo de nivel similar, al tiempo que sabe que una eventual derrota de cualquiera de los dos en el enfrentamiento entre España y Portugal le puede conceder ventaja, como en México.

Renard, único entrenador que ha logrado dos Copas de África con selecciones distintas, está considerado “un mago” en este tipo de torneos, calculador y pragmático, entusiasta del juego posicional, en los que suele encajar pocos goles.

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Egipto, eufórico tras regresar a una fase final 28 años después, reza ahora por la recuperación de su estrella, Mohamed Salah, el rapidísimo y técnico delantero del Liverpool que se lesionó durante la final de la última Champions.

Los “Faraones”, que han forjado un equipo sólido, contundente y con calidad para esta Copa, son una leyenda del fútbol africano, donde han ganado siete títulos continentales, tres de ellos de forma consecutiva entre 2006 y 2010.

Pero una auténtica calamidad en cuanto a los Mundiales, con solo tres apariciones en la fase final, contando esta de Rusia: en Italia 1934 terminaron en la posición 13 y en Italia 1990 en la 20, tras perder con Inglaterra y empatar con la República de Irlanda y Holanda.

Así, marcar un gol para los de Héctor Cúper será ya en sí mismo un acontecimiento histórico, así como una victoria o una clasificación para segunda ronda en un grupo en el que se enfrentará a Rusia, Uruguay y Arabia Saudita y en el que los expertos le daban opciones antes de la lesión de Salah.

Nigeria es una de las grandes incógnitas del torneo: escuadra tradicional en la Copa del Mundo -esta es su sexta participación desde que en 1994 hicieran su primera aparición en la fase final con dos victorias.

Las “Superáguilas” maravillaron al mundo con dos contundentes triunfo frente a Bulgaria y Grecia y una derrota apurada frente a Argentina que les dio la primera plaza del grupo y dejó a los sudamericanos fuera del torneo a las primeras de cambio tras ser finalistas la edición anterior.

En segunda ronda, obligaron a Italia a llegar a la prórroga, donde perdieron.

Desde entonces solo se han perdido una fase final y han alcanzado la segunda ronda, un límite que en Rusia tratarán de superar con un equipo experimentado, sostenido en el buen fútbol de su capitán, John Obi Mikel y el potente mediocampista del Chelsea inglés, Victor Moses.

Los de Gernot Rohr afrontan, sin embargo, un reto mayor, al haber quedado encuadrados en uno de los grupos más potentes, con Islandia -sorpresa de la última Eurocopa, la Croacia de Modric y Rakitic, y la Argentina de Messi.

Los blanquiazules son, además, la bestia negra de Nigeria, a la que han derrotado en las cuatro ocasiones que se han cruzado en el Mundial, pero a la que derrotaron por vez primera en un reciente amistoso.

Las esperanzas africanas están, sin embargo, en Senegal, la selección africana que más lejos ha llegado en la historia de los mundiales y que ahora busca pasar ese rubicón de los cuartos de la mano de su estrella, Sadio Mané (Liverpool).

Los “Leones de Teranga” vuelven por segunda vez a una fase final de la mano de Aliou Cissé, su técnico, que lideró como capitán el equipo de leyenda africana que alcanzó los cuartos de Corea y Japón 2002.

Tras lograr un segundo puesto en un grupo en el que solo les superó Dinamarca y en el que derrotaron a Francia y empataron con Uruguay, que se quedaron fuera, los senegaleses mataron a Suecia con un gol de oro y recibieron la misma medicina de Turquía, que les apeó en la prórroga.

Tres lustros después, expertos y casas de apuestas creen que es favorito para avanzar en un grupo en el que están Polonia, Japón y Colombia.

EFE
Lavinotinto.com

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