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El barcelonismo no asimila la derrota en el Bernabéu

El barcelonismo no ha encajado demasiado bien el modo en cómo su equipo perdió este sábado en el Bernabéu, pues más allá de tratarse de un estadio donde el Real Madrid sigue siendo dominador y al Barça le ha costado horrores históricamente arrancar puntos, la familia azulgrana no esperaba que los suyos manifestasen sensaciones ya olvidadas.

Sin ir más lejos, el año pasado afrontó con tono bajo competitivo el último choque, en el que una victoria en el Camp Nou frente al Atlético de Madrid le daba la Liga, y sin embargo el grupo de por entonces Gerardo ‘Tata’ Martino evidenció una carencia de carácter que obligó al club a emprender una serie de acciones.

Los revulsivos llegaron al banquillo (Luis Enrique) y a algunas partes del campo (Bravo, Ter Stegen, Mathieu, Rakitic y Luis Suárez, entre otros), pero después de dos meses de competición, y dos partidos de elevada exigencia contra sendos rivales del nivel azulgrana, como han sido el PSG y el Real Madrid, el Barcelona parece encontrarse en el mismo sitio que el año pasado, si cabe peor por el momento, ya que las mejoras aún no se han plasmado.

El Madrid y PSG con jugadores veloces y harto efectivos han despertado de golpe a un Barça que se había instalado como líder en la ‘Champions’ hasta el tropiezo en París y en la Liga española, donde ha vivido invicto e imbatido creyendo que con lo ofrecido hasta entonces y con la recuperación de Luis Suárez el equipo catalán sería más que consistente en el Bernabéu.

El 3-1 muestra con toda la crudeza la superioridad de los madridistas, especialmente en la segunda parte cuando una serie de errores por falta de precisión y entendimiento, cuando no de atención en el marcaje en las acciones a balón parado, llevaron al Barcelona a naufragar como hacía tiempo que no padecía.

Titulares en la prensa catalana como “Un líder decepcionante” (‘Sport’), “Medio Barça” (‘Mundo Deportivo’) o “Todo está por hacer” (‘L’Esportiu), entre otros, y apoyados por crónicas en algunos casos severas o artículos de opinión duros muestran un panorama en el entorno barcelonista de cierta preocupación, que va más allá de la aceptación lógica de una derrota en el campo de Madrid.

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Luis Enrique envió un mensaje inequívoco cuando cogió el equipo al asegurar que el Barça “no sería previsible”, y ayer en el inicio del partido puso de entrada a Luis Suárez, que llevaba cuatro meses sin competir, un hecho que casi nadie en el barcelonismo podía criticar al asturiano, que no escondió ningún as para echar toda la carne en el asador.

De igual forma, la alineación de Xavi era una declaración de que Luis Enrique, ante un mediocampo madridista integrado por James, Kross, Isco y Modric, quería jugadores que diesen posesión.

Finalmente en defensa, optó por la pareja Piqué-Mascherano y sacó del lateral izquierdo a un fijo como es Jordi Alba para ubicar en él al francés Mathieu, en realidad, dándole cobijo en su posición natural.

Sobre el papel, con la ya conocida tendencia de extremos y volantes a incorporarse en el centro para dar recorrido a los laterales, la idea de Luis Enrique parecía coherente, pero el resultado, una vez que el Madrid empató el partido por un penalti por mano de Piqué, confirmó que los mimbres con los que jugó el Barcelona no fueron los correctos, o sus aportaciones las más deseadas.

La derrota en Madrid abre un debate en el Barcelona que no se preveía, como es si Luis Enrique aún debería llevar a cabo un reforma más profunda en el equipo dando entrada y consolidando jugadores que han llegado esta temporada por encima de galones que ostenten futbolistas de la talla de Piqué, Iniesta y Xavi.

El nuevo entrenador, que vino para corregir y despejar los temores que acompañaron el año del Tata Martino, aún podrá trabajar con los suyos desde el liderato en la Liga, pero justo dentro de un mes, el Barcelona ya tendría que haber definido el pase a octavos de final de la Liga de Campeones, quedando sólo el choque contra el PSG para dirimir quién es el campeón.

Y en la Liga, al margen de choque contra el Celta y Almería, deberá examinarse ante dos de los equipos que más están pegando en este campeonato: Sevilla, en el Camp Nou, y Valencia en Mestalla.

EFE
Lavinotinto.com

 

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